A medida que Matías crecía, también crecían sus necesidades y nuestras preocupaciones: ¿A que edad debe hablar? ¿ya debe gatear? ¿ya puedes comer sólidos?. No faltaron los consejos de familiares y amigos pero seamos sinceros, cada época, circunstancias y familia son diferentes.
Era hora de buscar un pediatra de cabecera:
Visitamos varios especialistas, de norte a sur y valles. Desde lugares públicos hasta las casas de salud más prestigiosas de nuestra ciudad.
Saben, el servicio era el mismo ; Siga, ¿Qué tiene el niño? -si, esta bien-, nos vemos el próximo mes - NO EXISTIA EL ACOMPAÑAMIENTO. La única diferencia era el precio.
Y cuando encontramos un profesional adecuado, volvimos a empezar de cero . Deberíamos crear un nuevo historial, respirar y aplicar la misma travesía ahora en búsqueda de un TERAPEUTA DEL LENGUAJE , psicólogo infantil y demás especialistas.